Fallout es una saga de videojuegos que siempre me ha fascinado. Es una serie de títulos que parece criticar duramente el capitalismo a propósito, pero el germen de su nacimiento estuvo en la cabeza de Brian Fargo, alguien nacido en una familia acomodada a la que nunca le faltó de nada. Tim Cain sacó adelante el proyecto partiendo de lo que Fargo había hecho en Wasteland. El primer Fallout fue estupendo porque se dejó influenciar por toda la mala leche de la ficción de los 80 y de los 90, entre la que destaca unos The Simpsons en estado de gracia.
Pero, en mi opinión, esa rabia tan gamberra de la saga se ha ido diluyendo. En Fallout 3 y Fallout New Vegas ya había mucha menos, pero la verdad es que sus gráficos feos, sus tonos marrones e incluso sus bugs hacían no que no la olvidáramos. Disfruté mucho con Fallout 4 y también con Fallout 76, pero fue con estos en los que me di cuenta que Fallout se había convertido en otra cosa. Ya no había un mensaje que contar ni un discurso que oír, tan solo un mundo abierto en el que pasárselo bien. De esto me di cuenta tumbado sobre la arena.
En septiembre, aproveché los últimos días antes de que empezaran las clases de mis hijos para irme con ellos y mi pareja a la playa. Me llevé conmigo el libro de Inés Alcolea 'Las narrativas de las delicias'. La lectura, muy interesante, recogía una reflexión sobre Fallout 4 que la autora extrajo de un artículo anterior escrito por Eva Cid.
Fallout es cada vez menos The Simpons
El texto hablaba sobre lo poco que profundiza Fallout 4 en la primera decisión que te pide que tomes: ser hombre o ser mujer. Leemos en el libro: "mientras que un apocalipsis que genera este nuevo mundo, en el que debes valerte por ti misma, plantea para la mujer una historia de liberación y empoderamiento, de tomar unas responsabilidades para las que, tal vez, no solo no esté preparada, sino que pueda suponer una necesidad de aprendizaje desligada de la figura del marido, para un hombre supone enfrentarse a un nuevo reto y la desolación familiar".
Inés Alcolea, la autora y también autora del videojuego [SYSTEM], me hizo darme cuenta de cuál era el problema que hace que me guste mucho menos Fallout 4 que los originales. Y es que, ahora, la saga no se moja. No lo hace a nivel político; lo que puedo llegar a entender por la época en la que vivimos, pero tampoco lo hace en cuestión de género, identidad ni nada. Y Fallout era genial porque sí se arriesgaba a soltar mensajes incómodos sin ninguna consideración.
Fallout 4
Fallout 4 es un videojuego muy divertido. Lo jugué hace muy poquito en Steam Deck y es un título con el que te lo pasas bien. Es de esos que empiezas y te sorprendes a ti mismo descubriendo que le has dedicado 80 horas sin saber cómo; pero no se moja, es un juego blandito. Acumulas misión tras misión resuelta sin que nada te revuelva las tripas. Incluso Fallout 3, que también rebajó mucho su mala baba, aún mantenía algo de esto. La misión de Megatón en la que tenías que decidir si enriquecerte aniquilando a toda a una ciudad, o permitir a la gente pobre vivir en ella, tiene un mensaje que sigue vigente en pleno 2024.
Fallout
¿De qué habla Fallout a día de hoy?
Ojo, no estoy diciendo que el primer Fallout fuera una proclama anarquista, pero lo cierto es que no le importaba serlo o no serlo. En realidad, lo era de casualidad, porque los tiempos lo pedían, porque esa era la forma de hacer humor. Como ya he mencionado, el escritor del original fue Tim Cain guiado por la estela de Wasteland, que era una aventura de texto que recogía ese miedo a una tercera guerra mundial, a la caída de las bombas y todo ese malestar, miedo y desidia que se manifestaba en producciones como Terminator, Mad Max y sí, también en Los Simpsons.
El equipo de Fallout ha reconocido que ha tomado decisiones sobre el tipo de humor del juego mientras veía Los Simpsons
De hecho, el equipo de Fallout ha reconocido que ha tomado decisiones sobre el tipo de humor del juego mientras veía Los Simpsons. Y teniendo en cuenta cómo eran de ácidas las primeras temporadas de esta serie, se comprende. Sus fantásticas tandas originales de capítulos eran pura crítica al sistema; pero de forma muy velada, con muchísima honestidad y autenticidad. Ahora Los Simpsons casi tienen que mirar a cámara y pedir permiso para hacer algo de sorna, y luego perdón.
Porque en los 80 y los 90, esta actitud era parte de la personalidad de la época. Hasta la peli de Super Mario Bros. fue una crítica al fascismo; una película horrenda, pero genial comprendida desde este punto de vista. Su grado de mamacharrería era muy parecido al del primer Fallout y hasta del segundo, pero eso fue diluyendo poco a poco. En Fallout 2 hay hasta una misión en la que puedes participar en la grabación de una peli porno.
Fallout 2
Fallout 2 es una locura de juego
En mi opinión, esta disminución de la esencia primitiva de la saga ha sido especialmente exagerada en Fallout 4 y Fallout 76 por culpa del crafting y de la gestión de recursos. Es más, casi parece que la mala baba que yo tanto echo de menos haya sido sustituida por estos sistemas que, honestamente, nunca me han gustado.
Casi parece que la mala baba que yo tanto echo de menos haya sido sustituida por estos sistemas
Para haceros una idea de las pocas ganas que tienen las nuevas entregas de la saga de recuperar el espíritu de antes, solo hay que pensar en Preston Garvey y en sus Minutemen. Su lema en Fallout 4 es el de proteger a la gente en cuestión de minutos, por lo que se supone que son los buenos, pero lo cierto es que este cuerpo paramilitar existió en la realidad. ¿Fueron buenos?
Los grupos de Minutemen eran hombres capaces de reunirse en cuestión de minutos para luchar contra los nativos americanos. Su misión era asegurarse de que las tierras que les habían arrebatado a los que llamaban indios no regresaran a sus legítimos dueños. Los Minutemen también se organizaron más recientemente para luchar contra la inmigración. Es decir, en la realidad, es una organización a la que no le importa proteger nada, solo asegurar lo robado y acabar con el que es diferente. Pero Fallout 4 lo blanquea, lo suaviza, lo hace dulce. Y eso nunca ha sido Fallout.
Fallout 4
El crafting ha llegado como reemplazo del mensaje original de la saga
Volviendo a lo que apuntaba Inés en su libro, y a lo comentado en este artículo, entiendo que puede que no sea momento de proclamas políticas porque no interese a nivel de marketing; qué sé yo. Pero sí que habría sido un buen momento para construir un discurso agrio, duro y desagradable sobre lo que es ser hombre, mujer, padre o madre, persona, inmigrante o nativo en un mundo apocalíptico. Porque Fallout debe molestar, y hace mucho que ya no lo hace. Si no le apetece molestar como antes, que lo haga con los temas que ahora escuecen.
De hecho, y por culpa de esto, la propia identidad de Fallout también se ha transformado. Antes, y aquí incluyo también a Fallout 3 y a nuestro querido New Vegas, los juegos eran marrones, verdes y feos. Hablaban de lo que se acabó, pero tanto Fallout 76 y Fallout 4 hablan de esperanza, de luz y de nuevos comienzos. Es en este tono y nuevo mensaje en el que cobra sentido el crafting, y el motivo por el que me molestan tanto estos sistemas jugables. No creo que sea aún momento de hablar sobre reconstrucción. El apocalipsis sigue rugiendo con fuerza ahí fuera.
Fallout 76
Como Los Simpsons, Fallout siempre ha hablado de algo duro y complicado sin la aparente intención de pretenderlo. Puedes buscar entrevistas de Tim Cain o de Brian Fargo y jamás verás ni la más mínima intención de sacudir los cimientos de la política norteamericana. Los temas molestos que tocaban venían heredados de las pelis y cómics que le gustaban, casi de casualidad. Y eso era genial. Era una crítica inocente y naive, y por eso era tan chula.
He tardado tiempo en entender por qué me he bajado del carro de Fallout, y también en comprender por qué los modders se empeñaban en regresar a Fallout, Fallout 2 y al Fallout 3 que el equipo de Black Isle Studios dejó a medias. Aunque Fallout 4 es un buen juego, y Fallout 76 esté lleno de cosas por hacer, nunca he acabado verdaderamente de conectar con ellos. Y es por esto que comento en este artículo. Porque han perdido su mala baba infantil, y eso les ha hecho perder la oportunidad de contar historias con calado. Quizás con Fallout 5.
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